La
enseñanza del ajedrez puede ser útil como forma de desarrollar la mente
Brinda
numerosas ventajas al desarrollo intelectual y personal, permitiéndole
aprovechar mejor su inteligencia natural. Estas son algunas de las
principales capacidades que puede fomentar:
ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN.
Son
las capacidades que se desarrollan más rápido. L@s niñ@ se acostumbran a
pensar y poner atención en lo que están haciendo, incluso l@s
hiperactiv@s. También ejercita la memoria.
ANÁLISIS Y SÍNTESIS.
Durante
toda la partida tienen que analizar cada amenaza del contrario y
sintetizar cuál es la mejor respuesta. Hay niñ@s que después de un
tiempo pueden efectuar combinaciones de tres jugadas. Cada jugada puede
tener más de una respuesta.
RAZONAMIENTO LÓGICO-MATEMÁTICO.
El
tipo de razonamiento que se emplea en el ajedrez es el mismo que se
utiliza en las matemáticas. Algunos señalan que "el ajedrez es a la
matemática lo que la música es a la acústica". Motiva también hábitos de
estudio, lectura e investigación en la rama de la filosofía a e
informática.
CREATIVIDAD E IMAGINACIÓN.
Todo ajedrecista debe
imaginar posiciones distintas de las que hay en el tablero, para
aprovechar el tiempo. A partir de eso crea un plan de acción con jugadas
que obliguen al rival a equivocarse para modificar la posición de las
piezas y conseguir lo que busca. Tiene que ser más rápido e imaginativo
que su contrario.
ÉTICA.
Como en cualquier deporte, hay
reglas a respetar, pero tan determinantes que el jugador se acostumbra a
cumplirlas sin la necesidad de un árbitro. Debe aceptar el resultado
del encuentro sin excusas. El vencedor no es más alto, más fuerte o más
rápido que el vencido, sino que ha jugador mejor.
ORGANIZACIÓN.
El
jugador analiza los problemas que se le plantean, planifica la acción, y
combina jugadas con distintas piezas en un orden dado. Debe organizar
su juego.
CONTROL EMOCIONAL.
Debe controlar sus emociones al
máximo, sin dejarse llevar por el enojo o el desprecio hacia el rival.
L@s niñ@s desarrollan paciencia y perseverancia.
RESPONSABILIDAD.
Un
ajedrecista no puede echarle a nadie la culpa de sus errores, pero
tampoco puede achacar el resultado a la mala suerte ni a factores
exógenos.
AUTOESTIMA.
Al ser una batalla mental, el jugador
valora el esfuerzo que representa mejorar. El/la niño/a va tomando
confianza en su capacidad.
TOMA DE DECISIONES.
Frecuentemente,
mucho más que en cualquier otro deporte, hay que tomar una decisión que
puede ser definitiva, pues no se puede consultar con nadie.
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